Elige tu propia novela – Episodio 5

19 preposiciones para estar contigo – Capítulo 5

Con 13 años es complicado conocer ciertos temas. Estás empezando a descubrir cosas que no sabías que pasaban o sucedían, tanto en el mundo, como con las personas y con tu propio cuerpo. Elena me llevaba un poco más de ventaja, pero dudo que en ese entonces supiera muchas más cosas que yo de la vida, aunque claro ella presumía delante mía como si fuera ya toda una adulta.

Estábamos aburridas en casa, papá estaba trabajando y mamá había salido con mi tía a visitar a alguien. Elena pensó que sería divertido ver fotos antiguas, de cuando éramos pequeñas y de cuando nuestros padres eran jóvenes. Dimos con el álbum de bodas casi por casualidad, estaba escondido debajo de un montón de fotografías sueltas de mi hermana, mías, de mis abuelos, fotos de las comuniones nuestras, de mis primos… Nunca habíamos visto las fotos de la boda de nuestros padres, sólo una de ellos saliendo de la iglesia con no muy buena cara. Mamá siempre nos decía que era porque le estaban tirando arroz.

Cuando abrimos el libro, nos dimos cuenta que la tirada de arroz duró todo ese día. Ni una sola sonrisa o mirada cómplice. Y claro, Elena, que cada vez controlaba mejor sus poderes tuvo la genial idea de ir a conocer de primera mano la boda de nuestros padres, y yo, que por encima de todas las cosas, hacía todo lo que ella hiciera, la seguí. Pero por algún error de cálculo llegamos un día antes. Estábamos en casa, que antes fue casa de los abuelos y luego la nuestra cuando se mudaron a un piso más acorde con lo que necesitaban. Mamá, paseaba nerviosa entre el salón y la cocina. En la mesa principal, había cestas con pequeños regalos, sobres y varios adornos. De pronto sacó un paquete de tabaco de un cajón y comenzó a fumar. Nunca la habíamos visto con un cigarro en la boca, y eso, especialmente a Elena que estaba en plena fase rebelde, le causó gran alegría porque creía haber encontrado un arma de chantaje.

Alguien llamo a la puerta, era otra chica. Mamá abrió y la dejó pasar. La chica, a la que mamá llamó Val, le quitó el cigarro y le dio una calada. Durante unos minutos se miraron sin hablar, sólo intercambiando caladas y miradas de desesperación.

– Todavía puedes hacerlo. Vámonos María.

Mamá apagó de golpe el cigarro en un cenicero.- ¿Irnos a dónde? ¿Con qué dinero? Todo lo que he ganado está en la cuenta conjunta que abrí con Miguel para las cosas del piso.

– Nos vamos con lo que yo tengo, luego ya encontraremos trabajo.

Mamá le dio un abrazo y al separarse cogió su cara entre las manos. La besó en la frente y comenzó a llorar. Yo también lo hice, a esa edad, cualquier cosa que le hiciera daño a mamá o a Elena también me lo hacía a mí.

– Valentina, no puedo irme. No puedo hacerle eso a Miguel o a mis padres. Ya está decidido.

– Te da asco cuando te besa, cuando te da la mano. ¿Sabes qué pasará esta noche cuando no tengas más excusas para defender tu virginidad? ¿Sabes cómo será el resto de tu vida soportando a una persona a la que no quieres?

– Normal. Mi vida será normal. – contestó mamá separándose de Valentina.

Pero la chica no se conformó y besó a mamá, en la boca, como cuando papá y ella estaban contentos. Yo no entendía en ese momento nada. Nunca le había dado un beso así a nadie. Intenté preguntar a Elena, pero me tapó la boca y regresamos al presente. Elena se encerró en su cuarto. Yo tardé años en entender lo que vi allí.  Cuando empecé a ir a la Universidad, Elena me llamó para contarme que mamá se encontraba mal. Su amiga Valentina, de la que nunca hablaba y nunca llegamos a conocer, acababa de morir. No dijimos nada más, pero ese momento cambió la vida de mi madre y de toda la familia, porque fue cuando empezamos a enfrentarnos a la realidad de la depresión, o ese es el nombre que le dieron todos los médicos a los que la hemos llevado a lo largo de estos años. Yo siempre he pensado que simplemente se cansó de vivir.

Mejoró mucho con el nacimiento de Marcos. A todos nos mejoró la vida tenerlo entre nosotros. Y esa fue la última vez que Elena y yo hablamos de Valentina. Mi hermana y su marido, abrumados ante la realidad de ser padres, querían asegurar el futuro de su hijo y dejar todo bien atado si algo les pasaba. Me pidieron que si eso ocurría asumiera la tutela de Marcos y cuidará directamente yo de él y que firmara unos papeles para asegurarnos que fuera así. Me hicieron prometer que no se lo diría a mis padres.

– Mariana, no me fío de mamá. Sé que cuando está con Marcos vuelve a ser la de siempre, pero no quiero que mi hijo lo críe una persona que prefirió ser normal a luchar por su felicidad. No quiero que nadie le diga a Marcos que no puede ser lo que él quiera o que no es normal si se enamora de un chico y no de una chica. No quiero cosas normales para mi pequeño, porque él nunca será normal.

Yo acepté y le dije que nada de eso iba a pasar porque ella iba a poder enseñarle a Marcos a ser todo lo extraordinario que toda persona puede llegar a ser. Pero ella simplemente sonrío y me obligó a ir a un notario a los pocos días.

Entonces volví a coger los sobres que había escondido y lo comprendí. En algún momento Elena había aprendido a viajar al futuro, pero no sé cuándo. Sabía que ella y Pablo iban a morir, no eran manías de madre primeriza. ¿Y si era Marcos el que podía viajar al futuro y ella sin saberlo había tenido visiones en el embarazo?   ¿Y si por eso el niño no se sorprendió cuando le dimos la noticia de la muerte de sus padres?

Abrí mi sobre. Contenía una carta escrita a mano por Elena y un par de fotografías. En una de ellas estábamos Elena y yo de pequeñas. En otra estaba una versión mayor de alguien parecido a mí junto a un chico con un certificado en la mano. En la parte de atrás decía: “Mariana y Marcos. Graduación 2033”

Os toca elegir, tenéis las próximas 3 semanas.

A) Mariana abre la carta y lee lo que pone detrás.

B) No lee la carta y la quema junto a la de su sobrino.

C) Va a casa de sus padres a contarle la verdad a su madre.

Nos leemos impares!!!

19 preposiciones para estar contigo – Capítulo 1

19 preposiciones para estar contigo – Capítulo 2

19 preposiciones para estar contigo – Capítulo 3

19 preposiciones para estar contigo – Capítulo 4

 

By Impar

1 Comment

  1. Manoli Gonzalez Hernandez

    Opcion A: Me puede la intriga de saber lo que pone esa carta.

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