Un minuto para sentir

Estoy sentada en ese rincón tan nuestro, en realidad tan mío, pero que tanto me ha gustado compartir contigo. Cierro los ojos para evitar los rayos de sol, mientras dejo que me invadan de calor el cuerpo. El pelo se mueve sobre mi cara, el ruido de la calle golpea mi cabeza. Sin embargo no puedo moverme, o no quiero, solo quiero seguir flotando.

Descubro mientras intento recuperar tu olor con mi respiración, que una lágrima recorre mis mejillas. Mis ojos tramposos no han podido contenerse, nunca han sabido hacerlo, siempre han devorado todo lo que les gustaba, incluso lo que no debían. Malditos traidores.

En otra habitación, a unos tres metros que me parecen kilómetros, escucho lejano el sonido del teléfono, pero aún no estoy preparada para volver a esa realidad efímera en la que ahora construimos nuestras vidas. Este momento sí es real y solo mío, de mis lágrimas, de ganas de nada, de mi nostalgia de ayer, porque hasta lo malo aprendemos a amarlo.

Dejo que entre el aire a través de mi boca e intento calmar el torbellino de emociones, lágrimas y mocos que intentan sobrepasarme. Tengo que recuperar la calma, el control de lo que soy, volver a la persona serena y tranquila que esperan que sea.

Pero por cinco minutos me he permitido en mi intimidad, emocionarme por ser feliz, porque no solo de la tristeza y la pena, surgen los sentimientos del llanto, también de la felicidad que espera.

Hola Impares,

os habrá resultado comenzar de esta manera el blog. Hoy no hay reseñas de libros, opiniones, críticas o noticias. Simplemente me he puesto a escribir y a dejar que las palabras salgan. Llevaba tiempo queriendo hacer algo parecido para uno de los libros, escribir un capítulo que haga pensar lo que no es y esto ha sido como uno de esos ejercicios.

Me gustan esos momentos de parar y solo sentir. De no tener que ser nada de lo que normalmente somos, simplemente estar un rato sentados, respirando, pensando o sin pensar, siendo. Qué difíciles de encontrar son.

Espero que os haya gustado, no es lo habitual, pero no siempre lo normal, es lo mejor.

Nos leemos Impares,

By Impar

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