No todos somos iguales, o sí…

Desde los atentados de Barcelona y Cambrils se han visto y leído muchas cosas, la mayoría innecesarias, como innecesario es el bombardeo continuo y constante que están haciendo los medios de comunicación de lo acontecido. Hay que poner un límite entre lo que es la información, lo que es entorpecer la labor policial y el respeto por el dolor. Pero no quiero hablar de eso hoy.

Quiero hablar de una frase que se ha repetido mucho todos estos días: “No todos somos iguales”. No, no todos somos iguales, pero deberíamos, porque todos padecemos del mismo problema: falta de educación, ignorancia, torpeza para vivir. Y cuando eres ignorante, aunque vayas de listillo por la vida y te creas muy poderoso, eres dependiente de lo que piensen los demás. A veces de un Dios, que siempre es machista y que te dice que si eres pobre y obediente, pero tienes fe irás al paraíso, otras veces de los políticos, que estos nunca sabes por dónde te van a salir, si te van a hacer que te tragues el rollo del independentismo, de que Venezuela ahora es como Marina D’or, de que con Franco se vivía mejor… Otras veces dependemos de deportistas, que aún recuerdo que había gente recogiendo firmas para que Messi y Ronaldo no vayan a la cárcel. También está la dependencia de tu pareja, de tu amigo, de la chica popular, del grupo pop o rock del momento, o de la moda.

Es muy cómodo el no pensar, ¿verdad? Que te digan los demás en lo que tienes que creer, lo que te tiene que gustar, lo que te hace sentir, lo que te tiene que molestar y a veces hasta te obligan a luchar por ello, pero bueno ya estás convencido, ¿qué mas da? Y mientras vemos esto, nos ponemos todos muy valientes y bravucones en las redes sociales diciendo barbaridades, pero sin darnos cuenta que nos falta mucha educación, mucho camino por recorrer para que nuestros hijos y las próximas generaciones, hagan algo en lo que nosotros parece que ya nos hemos dado por vencidos, pensar por nosotros mismos.

Creo que nosotros, ya seamos millenials, generación X, Y o Z, o la de ahora que creo que son los centenials, lo tenemos complicado. Demasiados idiotas controlando la vida de gente aún más idiota todavía, nosotros, sembrando miedo, diciendo que somos diferentes,  que uno solo consigue mucho más que un equipo unido, que una persona sólo puede ser o sentir de una manera, que un ente divino sabe más de ti que tú mismo. ¿Sabéis por qué pasa esto? Porque si nos atrevemos a pensar por nosotros mismos, a preocuparnos por ser mejores, no perderíamos el tiempo peleando, sino creando sinergías, no rezaríamos, sino que trabajaríamos por lo que creemos, no nos preocuparíamos por nuestra supremacía, sino por nuestra supervivencia como especie. Y eso dejaría sin dinero y sin poder a todos los que controlan este tinglado llamado mundo.

No todos somos iguales y no tenemos por qué serlo. Aún hay gente capaz de ser independiente, de escuchar y tener opiniones propias, una minoría, pero la hay. El resto, no importa lo que seas o lo que creas ser, vivirás siendo uno más de los que luchan por algo que nada tiene que ver con lo que realmente cuenta, su vida.

Hasta la próxima, Impares

Photo by Nathaniel Tetteh on Unsplash

 

By Impar

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